¿Por qué empezar con una evaluación en Integración Sensorial?

Como terapeuta ocupacional pediátrica certificada en Integración Sensorial sé que una evaluación completa es el primer paso y la clave del éxito de cualquier intervención terapéutica. Por eso una evaluación terapéutica es crucial; porque permite ir a la raíz del problema y diseñar un plan de tratamiento realmente efectivo para tu hijo y no sólo tratar lo que vemos por fuera.

¿Por qué es clave la evaluación?

Imagina construir una casa sin un plano. Sería caótico, ineficiente y el resultado final probablemente no funcionaría bien. Lo mismo pasa con la terapia ocupacional: necesitamos un «plano detallado» antes de crear un plan de tratamiento.

La evaluación es el «plano», que permite entender el perfil sensorial único de tu hijo. Utilizamos herramientas estandarizadas más actualizadas que nos dan información precisa y confiable sobre cómo el cerebro de tu hijo procesa e interpreta todo lo que recibe de sus sentidos. Esto incluye:

• Su capacidad para distinguir sensaciones: ¿Puede diferenciar entre texturas similares? ¿Sabe dónde está su cuerpo en el espacio sin mirar? Esta habilidad afecta desde amarrarse los zapatos hasta jugar deportes.
• Su planificación motora: ¿Cómo organiza tu hijo movimientos nuevos y poco familiares? Esta capacidad es fundamental para tareas cotidianas como vestirse, escribir o andar en bicicleta.

Las evaluaciones que utilizamos

La evaluación no solo identifica qué desafíos tiene tu hijo, sino cómo abordarlos de manera más efectiva. Por ejemplo:

• Si tiene dificultades con el equilibrio y movimiento, enfocaremos el tratamiento en actividades vestibulares controladas.
• Si es muy sensible a ciertos sonidos, trabajaremos gradualmente en aumentar su tolerancia en un ambiente seguro.
• Si necesita más estimulación táctil, incorporaremos actividades que satisfagan esa necesidad de manera apropiada.

Beneficios de una evaluación temprana: El camino al éxito

• Menos frustración, más autonomía, mejor interacción social y aprendizaje: Conocer el punto de partida nos ayuda a una intervención temprana para definir objetivos alcanzables y medir el progreso de manera objetiva.
• Diseñar una terapia sensorial a medida: Cada niño es único. La evaluación asegura que el plan sea individualizado según las fortalezas, desafíos e intereses específicos de tu hijo.
• Empoderar a la familia: «Entender el ‘porqué’ detrás de ciertos comportamientos.» Al entender por qué tu hijo reacciona de cierta manera, te conviertes en un colaborador activo, implementando estrategias en casa que refuercen una calidad de vida en casa.